jueves, 5 de mayo de 2011

El Recuento de los Daños

Obama dio una lección a Bush y al mundo
La noticia del año fue sin duda la muerte de Osama Bin Laden. El que fuera considerado el ‘enemigo público número uno’ por los Estados Unidos ha caído por fin después de una decena de años de persecución sin cuartel. La victoria, sin embargo, fue extensiva al mundo entero por muchas y variadas razones. La más importante de ellas, creo yo, es el hecho de que quien atrapó a Bin Laden fue Barack Obama, y no un desquiciado amante de la guerra como George W. Bush, que en sus dos periodos presidenciales, sanguinarios y beligerantes, no fue capaz de conseguir la hazaña. El triunfo de Obama es un triunfo de la paz que demuestra que la guerra no es el único ni el mejor camino a seguir, sino que debe primar la inteligencia.

A tomar por el saco... ¡boludo!
Así como Obama y Bush lucharon por demostrar cuál de los dos estilos es el mejor, el Barça y el Real Madrid se jugaron la hegemonía del fútbol mundial en estos cuatro clásicos. Perdón, pero es así; la comparación se antoja inevitable. Si el fútbol ultradefensivo y violento de los de José Mourinho se hubiera impuesto al fútbol de toque y espectáculo de los de Pep Guardiola, se hubiera sentado un precedente capaz de marcar con la desgracia el estilo futbolístico mundial por muchos años. Para la suerte del buen fútbol y para el deleite de nosotros, los aficionados, la victoria fue para los blaugrana.

Después de cuatro clásicos y 18 días de infarto por fin reina la calma en Can Barça, aunque no por mucho tiempo. Este domingo hay que jugar el derby catalán contra el Espanyol, equipo con el que el Barça vive una rivalidad casi tan grande como la que tiene con el Real Madrid, al menos en Catalunya. Al culé de cepa le encantaría cantar el alirón liguero venciendo a los ‘periquitos’, y esto será posible si el Madrid se deja escapar puntos en su visita al Sevilla, algo que probablemente pasará considerando que el Sevilla se está jugando una plaza para la Europa League y querrá aprovechar los puntos que presumiblemente perderá en el Camp Nou uno de sus rivales directos como lo es el Espanyol y que el Real Madrid, matemáticas aparte, no está peleando más nada que no sea el poco orgullo que les queda.

Gracies, equip!
En el recuento de los daños, la prensa blanca, métrica como ella sola, decreta un empate entre ambos equipos, y tiene razón. Una victoria para cada uno y dos empates. Sin embargo, al finalizar el último de los clásicos, un equipo se fue a guardar sus lágrimas en una copa abollada y el otro se quedó bailando y cantando en el campo con su afición. Más claro, el agua.

Gracias y hasta otra.

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